domingo, 28 de noviembre de 2010

De sombreros


Quiero tener un sombrero
para que no (me) veas lo que pienso,
lo que creo o lo que siento,
un sombrero para no quedar desnudo
en fiestas de etiqueta,
quiero tener un sombrero
para que no adviertas
la tristeza de mis ratos,
las dichas, los pesados tedios,
quiero tener un sombrero
que no me deje en off side
cada vez que me mirás, así...

...y podés mirar mis piernas,
chuecas, mi caja,
pequeña, la desproporción
de mis brazos, pero no,
lo que viene palpitando, rugiendo,
por senderos de venas,
y para eso, quiero un gran sombrero
que tape del corazón,
lo que erupciona.

jueves, 25 de noviembre de 2010

De citas ordinarias


No quiero que te calces majestuoso vestido
para verme,
ni que luzcas peinado de coiffeur,
no quiero que borres las marcas
de fibra en tus dedos,
ni los cochinos
pegotes de harina,
no quiero que cortes tus uñas
con minuciosidad de hormiga,
no emparejes los pelos
de la entrepierna
para cita tan humana,
no te pongas el perfume de ocasión,
pues éste, no es el caso,
no te peines, te despeinaré,
no te maquilles, se te correrá el rimel
a fuerza de lamidas,
no te laves, te ensuciaré,
no hagas buches infructuosos,
tu boca desbordará de agua;,
tu "estar ahí" es el mimo
pertinente e irrenunciable.

Imagen: Fotograma de Das kabinett des Doktor Caligari [1919] de Robert Wiene

lunes, 22 de noviembre de 2010

Razón del amor


Destino escrito
o influjo demoníaco,
don de dios
o funesta nube que se cierne
en nuestros cielos;
sólo sé que puedo
dibujarte o inventarte,
desde mi más
irreversible ceguera,
y ciego, sigo,
tanteando las paredes,
atado a tu mano,
que me tiene, ciega,
y desde ningún lugar
a ningún lugar vamos,
porque la sinrazón
nos lleva...

Imagen: La hija del viento - Oskar Kokoshka

viernes, 19 de noviembre de 2010

Pesadilla con corazón y cuchillo


Saqué mi corazón del freezer. Ahí estuvo mucho tiempo. No sufrió descomposición, el frío no lo quemó, las cosas ni los agentes externos, el viento, claro, no lo afectaron.
Era un corazón muy saltarín al ver la luz. Su color era precioso, rojo como la sangre, rojo como el vino, rojo como el infierno. El corazón no puede ser más que un picante aprendíz del diablo.
Saqué mi corazón del freezer, donde estaba durito e impoluto. Cuánta paz tenía!
Se descongeló despacio, y en breve recordó que alguna vez fue un ser sensible. Pero estaba tan renovado por su vida en el frío, que los sufrimientos del pasado vegetaban en el rincón de los malos recuerdos. Un lugar que ya nadie visita.
Lo puse sobre una gran mesa de madera y vino el carnicero y lo cortó en fetas perfectamente iguales. Pero el carnicero, que tenía un gran delantal blanco chorreado con sangre, y ningún otro atavío, portaba unas hermosas tetas duras, altaneras, modales de dama y la cara de una chica japonesa, hermosa como los atardeceres junto al mar.
De manera que el carnicero chica japonesa, de implacable cuchillo, no tuvo piedad y dejo ahí mi corazón, feteado, desangrándose, y pronto las moscas vinieron a revolotear como cuervos y a darle de picotazos. Los cielos están, plagados de cuervos.
Entonces junté mi corazón fragmentado. Lo uní como pude, como se une un gran rompecabezas, y aunque quedó un poco deformado, lo mandé al freezer otra vez, un largo invierno. Porque si bien mi corazón puede ser brillante alumno del demonio, el frío extremo ha de dotarlo con formas duras, indescifrables para los carniceros camuflados.

Imagen: Mundo Web

martes, 16 de noviembre de 2010

Mesura

Dame besos de mejilla,
que prohibidos
están los labios
en ámbitos oficiales;
dame caricias de niño
mas no de amantes,
que la furia
de las buenas damas no despierte;
dame palabras de Sabio,
que la pasión no permita
la expresión fanática
de tu boca;
después, sabré entender
cada caricia, cada beso,
cada palabra, tuya,
como la dulce condena infernal.

Imagen: Fragonard - El cerrojo

sábado, 13 de noviembre de 2010

Volcán


Yo creo que pide demasiado,
cuando lo tengo ante mis ojos,
ruega, se contrae y se dilata,
pero pide,
esa es su forma de pedir,
yo creo que se comporta como un niño,
ayer no quería nada
hoy quiere todo,
y me parece un despropósito,
un abuso de confianza,
un capricho,
y pide demasiado,
yo soy un padre complaciente
y quiero dárselo,
quiero que ese pequeñuelo
capaz de obrar milagros
tenga todo lo que pide,
que se le de lo que pide,
servido en bandeja
o bien envuelto
para regalito,
que tenga lo que pide
no hay mayor dicha para un padre
que ver a su niño
con la boca deformada
de tanta risa...

martes, 9 de noviembre de 2010

Silencio


De todos modos
la naturaleza del silencio
no es humana, nos es inaccesible,
las palabras son, por supuesto,
nuestro precioso ardid
para vencerlo.
El silencio es primigenio,
y por tal, inexplicable,
las palabras intentan, vanamente,
llenar el perpetuo espacio que detenta.
El silencio puede matarlas
porque como un dios o un fantasma,
está en todos lados
y en ninguno.

Imagen: Gerhard Richter - Cloudy

viernes, 5 de noviembre de 2010

Speculum


"La sabiduría es algo frío y, en esa medida, tonto. (La fe, por el contrario, una pasión). También podría decirse: la sabiduría sólo te encubre la vida. (la sabiduría es como una ceniza gris y fría que cubre las brasas).  Ludwig Wittgenstein - Aforismos. Cultura y valor  

Por ciego fanatismo de vos
algunos me harán la cruz,
será el dios
recluta fanáticos
y que se alimenta
de sus lisonjas,
serán los dueños
de la verdad total,
encapsulados en cristal
e impolutos,
serán los expertos
de números fríos
y secos,
fundamentalistas
del dato empírico
que no dice nada;

por amor desmesurado,
por hybris,
por desborde emocional,
por fanatismo, por herejía
o lo que sea,
me llevarán a la hoguera.
y yo iré,
gritando tu nombre,
fanáticamente,
entre latigazos y pedradas,
bajo lluvia de escupitajos
harán de mi un mártir,
un héroe que nunca fui,

me acusarán de fanático, insisto,
y los conceptos
se pondrán a temblar
y se rasgarán las soberbias
cortinas del templo…

Imagen: Adolfo Siliézar - Obsesión Nº 5

martes, 2 de noviembre de 2010

Dolores


Cuál será el tamaño
del próximo dolor,
me pregunto,
si éste
que me condena al desamparo,
que me desintegra
en mil partes
el llano del pecho, que me rompe todo,
cuerpo y alma,
ya empieza a acomodarse
en el oscuro rincón
del pasado...
qué otro dolor vendrá
para hacerme sentir
que soy muy frágil.
Afuera, un escándalo de risas
invade el aire,
se ríen de mí
que estoy desnudo
y no advierten que pronto,
sus risas serán
huesos sin dueño...